En los capítulos de este libro hemos visto cómo diseñar y desarrollar una aplicación, desde la idea inicial hasta su publicación, cuando se encuentra disponible para todo el mundo.
En cada etapa hemos desarrollado los conceptos que consideramos más interesantes y a la vez, aquellos que no necesariamente se encuentran en los manuales ni en las guías de cada sistema operativo. Estos últimos, son el fruto de nuestra experiencia, de lo que hemos aprendido durante estos años de trabajo. Sin duda, es lo que hubiéramos querido que alguien nos explicara antes de comenzar.
Esperamos que saques el máximo provecho de nuestras palabras. Ante todo, tómalas como un punto de partida desde el cual puedas investigar más. Cada uno de los temas tiene un riqueza infinita, imposible de abarcar en un solo libro; por ejemplo, existen publicaciones dedicadas a hablar solamente de test de usabilidad. Seguramente te habrás interesado por algún tema más que por otro, por lo cual te recomendamos usar los enlaces allí dispuestos para ampliar tus conocimientos.
Lo mejor empieza ahora
Una vez hayas terminado este libro, estás listo para poner en práctica sus contenidos. No hace falta esperar que algún cliente te pida un proyecto nuevo, puedes comenzar a hacer tus propias aplicaciones; aunque no se transformen inmediatamente en productos publicados y rentables, te servirán para investigar y empezar a plantear tu propia manera de resolver las cosas.
Incluso, solo con un teléfono puede ser suficiente para iniciarte en este mundo, usándolo a conciencia y observando crítica y detalladamente cómo hacen las aplicaciones los demás. Esta forma de interactuar con tu móvil debería convertirse, desde hoy, en una práctica habitual.
Aprovecha herramientas básicas como el lápiz y el papel para trasladar tus ideas, volcar conceptos y evolucionarlos. Para hacerlo, no necesitas prácticamente nada más que tu imaginación. Quién sabe, quizás con el tiempo, esos esquemas rápidos se transformen en una app exitosa.
El papel del diseñador
Definitivamente, creemos en un diseñador que va más allá del estereotipo tradicional de constructor de interfaces. El diseño es una disciplina realmente interesante, llena de posibilidades y caminos que se bifurcan, especialmente a partir de su relación con la tecnología. Por ejemplo, en una aplicación podemos hablar tanto de diseño de información, como de interacción o visual.
Es normal sentirse más identificado, o incluso apegado, con determinados roles en un proyecto. Ejecutar el mismo papel de forma continua, con el tiempo, nos convierte en especialistas; pero, lo que realmente nos hace mejores profesionales, es tener un conocimiento que trascienda las fronteras de nuestro campo de acción, en este caso, saber cómo se idean y ejecutan otras etapas del diseño y desarrollo de una app. De esta forma, la relación e integración con otros miembros del equipo puede ser más fructífera, al generar sinergia que resulte en aplicaciones de mayor calidad.
Un diseñador debería entonces, en mayor o menor medida, involucrarse en todas las etapas del proceso, incluso en aquellas que le resulten más técnicas o tediosas. Esto no es algo que deba evitarse, por el contrario, debería aprovecharse para trasladar el aprendizaje al trabajo propio.
De la misma manera que los diseñadores deben dar un paso más allá, también los desarrolladores deberían entender el trabajo de diseño y ser conscientes del impacto que tiene en los usuarios una interfaz que, además de verse bien, cuida aspectos de usabilidad.
Esta relación puede permitir al programador incorporar una visión estética y de sentido visual, que le ayude a tomar decisiones a la hora de construir una aplicación, guiado también por su instinto y sin depender enteramente del diseñador.
Ya no decimos «los profesionales del futuro». Los profesionales de hoy más apreciados por pequeñas y medianas empresas son aquellos que pueden resolver y plantear soluciones que van más allá de sus tareas. Te invitamos a que seas uno de ellos.
El futuro de las apps
El diseño de aplicaciones está en un momento ideal para sumergirse de lleno en él. Si bien cada sistema operativo tiene su propuesta, suelen ser realmente cambiantes y abiertos a las innovaciones que proponen los diseñadores. Los patrones no son completamente cerrados, lo cual también deja lugar a la iniciativa del diseñador —ya nos comentó esta situación alguien tan reconocido como Loren Brichter en la entrevista—.
Al mismo tiempo, nuevos sistemas operativos para móviles, como Firefox OS y Ubuntu, están emergiendo, por lo que podemos esperar que en los próximos meses el panorama general siga cambiando. Desde nuestro lugar, podemos intuir que la filosofía de diseño de cada plataforma se verá afectada por las demás, tal como en su momento el estilo plano de Windows Phone sentó un precedente que aprovecharon sus competidores.
Son días emocionantes y, seguramente, lo mejor está por venir. Prepárate para ello.